lunes, 26 de diciembre de 2016

¿Se puede enfrentar la costumbre?

Día a día creamos una rutina, nos aferramos a personas, nos sentimos cómodos en determinados lugares, vemos las mismas cosas, realizamos las mismas acciones. Todo esto genera cierta situación de confort porque podemos "predecir" lo que va a suceder, porque no hay nada que nos desestabilice.
Pero... ¿Qué pasa con todo lo demás? ¿Qué pasaría si el factor sorpresa es más confortante que la costumbre? ¿Por qué no dejar que todo pase como tenga que pasar sin controlarlo?
Por qué no dejar a esa persona con la que estás hace años, por qué no dejar esa ropa, esa casa, esa plaza, esa ciudad, y empezar un camino nuevo, hacia ningún lugar y hacia todos a la vez, hacia el sol y la luna, hacia el mundo y uno mismo, hacia lo que no te animas a hacer pero anhelas.
Yo les propongo liberar el alma de a poquito (o de golpe), sin miedos, sin frenos; sin pensar en el después o el qué dirán, simplemente liberar (y concretar) cada pensamiento que viene a la cabeza.

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