martes, 27 de diciembre de 2016

¿Fuerte o débil?

Tengo un gran problema, una persona tiene la posibilidad de cuidarme como a la cosa más frágil del mundo o destruirme como si pasara un huracán sobre mi.
A veces me encuentro siendo la persona más feliz del universo y con un pequeño acto destruye ese universo, con ese pequeño acto derrumba mi felicidad, me convierte en alguien débil.
Me pregunto ¿Él me hace bien o me hace mal? No lo sé, pero me hace, me hace sentir, me hace vivir.
Y quizás sea la costumbre (o no) pero no puedo sacarlo de mi camino, en los momentos en que estoy decidida a hacerlo florece una parte mía que dice: no, no te alejes, tanto luchaste por esto y lo vas a dejar escapar. Y después hay momentos, como este, donde siento que ya no hay algo más por lograr, que estamos estancados, que ni siquiera sé si él es así o lo idelise mucho.
Me gusta leer, leo muchas novelas de amor y pienso si existirá un amor como esos, un amor loco, de impulsos, inconmensurable, inefable, sin miedos, sólo de dos contra todo. Me encantaría vivir eso y a la vez siento que ese deseo hace que vea mi situación como aburrida o normal.
Sea lo que sea, el destino me llevará a decidir, a darme cuenta, a saber si realmente su amor me debilita o si será una llave para hacerme  más fuerte.

lunes, 26 de diciembre de 2016

¿Se puede enfrentar la costumbre?

Día a día creamos una rutina, nos aferramos a personas, nos sentimos cómodos en determinados lugares, vemos las mismas cosas, realizamos las mismas acciones. Todo esto genera cierta situación de confort porque podemos "predecir" lo que va a suceder, porque no hay nada que nos desestabilice.
Pero... ¿Qué pasa con todo lo demás? ¿Qué pasaría si el factor sorpresa es más confortante que la costumbre? ¿Por qué no dejar que todo pase como tenga que pasar sin controlarlo?
Por qué no dejar a esa persona con la que estás hace años, por qué no dejar esa ropa, esa casa, esa plaza, esa ciudad, y empezar un camino nuevo, hacia ningún lugar y hacia todos a la vez, hacia el sol y la luna, hacia el mundo y uno mismo, hacia lo que no te animas a hacer pero anhelas.
Yo les propongo liberar el alma de a poquito (o de golpe), sin miedos, sin frenos; sin pensar en el después o el qué dirán, simplemente liberar (y concretar) cada pensamiento que viene a la cabeza.

Hola (¡Qué placer conocerte!)

Toda conversación nueva empieza con un hola, ¿por qué no empezar con un que lindo conocerte? Dando predisposición a una nueva relación con una persona que ahora es un desconocido pero quizás en otra vida fue alguien cercano o tal vez lo vimos mil veces pero nunca lo notamos, o realmente es un desconocido pero va a dejar de serlo.
¿Alguna vez se pusieron a pensar cuántas personas nos cruzamos en el camino y no las notamos? Hace unos días realicé un viaje y desde ese momento tengo la idea en la cabeza de cuántas personas vemos y que no volveremos a ver en la vida (o quizás si).
Por eso pido más vida para vos, para mí, para todos, para tener más tiempo de conocer a cada pequeño  (GRAN) ser humano del mundo (o del universo)